
La concepción
del mundo de Marx y Engels y su actualidad
Miguel
Ángel Lara Sánchez[1]
El
legado de Marx y Engels no es una teoría sobre un objeto de estudio en
particular, sino una concepción del mundo resultado de la conden-sación del
conocimiento desarrollado por la Humanidad desde la anti-güedad hasta el momento
que les tocó vivir. Así, fue modelada por sus estudios históricos, por la
filosofía, por la dialéctica hegeliana, por las ciencias naturales y las exactas,
por la Economía, el estudio del Derecho, del Estado y el socialismo, entre
otros, siempre desde una perspectiva crítica. El resultado fue la construcción
de una concepción crítica de la realidad que le dio un sustento científico al
socialismo por vez primera, al emprender el estudio de la formación social
capitalista y las que le antecedieron. Aunado a lo anterior, en su
interpretación de la realidad construyeron las bases de la Concepción
Materialista de la Historia, la reconstrucción de la Dialéctica sobre bases
materialistas y una visión crítica de la Economía Política, por citar sus
componentes principales.
Si
tomamos como base el último año de vida de Engels, 1895, casi 120 años después
esta concepción del mundo se ha reafirmado como el instrumento más afilado para
interpretar la realidad y para transformarla. Tanto en la historia humana,
desenvuelta a través de la lucha de clases, como en el campo de la filosofía;
en el estudio de las leyes del capitalismo y en su evolución como incluso en el
socialismo, por citar algunos de los campos de análisis, el siglo XX confirmó
la validez de esta concepción.
El
ascenso revolucionario de China durante las primeras décadas del siglo XX
confirmó lo dicho por Marx en los artículos económicos realizados en la década
de los años cincuenta del siglo XIX[2];
igual sucedió con la valoración de las contradicciones de clase a nivel mundial
hecha por Engels cuando preveía el estallido de lo que fue la Primera Guerra
Mundial. También se confirmaron con gran acierto las formas posteriores al
maquinismo dibujadas en sus líneas esenciales
en el análisis por Marx de las formas de producción de plusvalía
relativa, en lo que más tarde vendría a ser la producción fordista y la basada en la computación digital. Incluso,
en el campo del socialismo científico, donde más cuestionamientos ha habido a
lo dicho por Marx y Engels, también ha historia se ha encargado de corroborar
la validez de la concepción original, pues el derrumbe de la URSS y del llamado
eurocomunismo exhibió la gran distancia a la que estaban estas naciones de los
postulados fundamentales trazados en la segunda mitad del siglo XIX.
El
siglo XX es el siglo de la hegemonía de los Estados Unidos y de la integración
planetaria de la producción y la circulación del capital; también de las
revoluciones socialistas triunfantes. No se puede comprender a cabalidad sin la
ayuda del legado de Marx y Engels. Es el comienzo del esplendor del capitalismo
mundial pero al mismo tiempo de las primeras formas de disolución del trabajo
asalariado.
En
esta trayectoria de la acumulación capitalista a escalas insospechadas, la
naturaleza contradictoria de sus leyes ha estallado en violentas crisis.
Primero, en el período entreguerras; posteriormente, en la década de los años
setenta, cuando por vez primera se sincronizaron las crisis de todos los
elementos de la reproducción en el mundo capitalista y a fines de dicho siglo,
cuando se produjo la integración planetaria de los principales componentes del
sistema financiero y las esferas bancaria, de deuda y accionaria entraron en crisis,
por citar las más conocidas.
Pero
también la realidad actual nos conduce de nuevo a Marx y Engels. Lo que ha
venido a ser la segunda crisis general del capitalismo, que estallara en 2008 y
que aún estamos lejos de que se disipen sus secuelas, nos exhibe la profunda
contradicción entre unas fuerzas productivas potenciadas a su máxima expresión
debido a la integración planetaria de la acumulación, al gran exceso del
capital financiero y a las escalas gigantescas de la especulación y del fraude,
frente a unas relaciones de producción todavía ceñidas a la valorización del
capital, al disfrute del 1% de sus poseedores en detrimento del 99% de sus
creadores. Nuevamente los escritos de los cincuentas del siglo XIX, así como El Capital, los Gründrisse y Teorías de la
Plusvalía acerca de la crisis, la evolución del capitalismo y el daño al
planeta, vuelven a ser el marco obligado para comprender estos cataclismos y la
guía para su transformación. Esto, desde el punto de vista del análisis
económico, ya no digamos en el plano de la Concepción Materialista de la
Historia, donde el abanico de pistas y enseñanzas es impresionante.
6
de mayo de 2014
[1] Conferencia pronunciada en el
Ciclo “La vigencia del Marxismo”, organizado en la FES/UNAM Aragón el 6 y 7 de
mayo de 2014. México. Correo: melasa17@comunidad.unam.mx
[2] Véase Marx y Engels.
Enero-febrero de 1850, en: Obras
fundamentales. Escritos económicos menores. FCE, México, 1988.