Miguel Ángel Lara Sánchez
Antes de que se impusiera la política neoliberal a nivel
mundial, la seguridad social de los pueblos constituía uno de los pilares
fundamentales que los Estados procuraban mantener. Para lograrlo, recaudaban un
cierto porcentaje de aportaciones de los trabajadores activos y de los
patrones. Los gobiernos también destinaban una parte.
En estas creaciones los gobiernos no actuaban por altruismo
sino por el simple sentido de la economía de costos. Con este tipo de sistemas
centralizados tales como el IMSS y el ISSSTE en México, resultaba más barata la
tarea de mantener a la clase obrera en condiciones mínimas de salud para seguir
produciendo ganancias para el capital y para reproducirse como especie y como
clase.
Pero desde mediados de la década de los 80 del Siglo XX las
cosas cambiaron. Los grandes capitales para ese entonces ya habían acumulado
tanto capital que podían transformar los servicios hasta ese entonces públicos
en negocios privados, es decir, que podían convertirlos en mercancías y someterlos,
por tanto, a la lógica del funcionamiento como mercancías. Así pasó con muchos
de ellos, tales como la producción de energía, la creación de carreteras, las
telecomunicaciones, la fabricación de elementos clave de la agricultura como
los fertilizantes, etc. La seguridad social no fue la excepción y muy pronto
comenzaron en América Latina, siendo Chile la primera nación que desde 1981
convirtió en mercancía todo el sistema de seguridad social. Esta visión de la
seguridad social como mercancía altera todo su funcionamiento, pues ahora se
rige por los criterios de maximización de
la ganancia para lograr los mayores volúmenes de acumulación de capital. Aunque
todavía en muchos países se mantienen las instituciones públicas de salud, sin
embargo se han multiplicado los hospitales privados y a las primeras se les
mantiene en condiciones asfixiantes.
Por otra parte, en lo que se refiere al sistema de
pensiones ocurre lo mismo. Nuestros fondos son una mercancía, peculiar por
cierto, ya que constituyen parte del llamado capital financiero y como tal, se
someten a las leyes del capital de riesgo con el objeto de lograr las mejores y
más rentables tasas de interés. La vida misma como trabajador pensionado se
calcula como una mercancía, pues ahora es de primera importancia para la
empresa financiera que maneja los fondos de pensiones saber el tiempo promedio
de vida para sacar la mejor de las proporciones entre el rendimiento esperado y
el monto de la pensión, multiplicado por los años que duremos con vida.
Pero esto no es todo lo que está en juego cuando la
seguridad social se mercantiliza, y algunos de las entidades que alentaron este
cambio lo saben perfectamente, como el Banco Mundial.
En su reporte anual de junio de 2004, confiesan que las
privatizaciones en el sistema de pensiones de los países de América Latina “mejoraron su situación presupuestaria … y fomentaron los ahorros y las inversiones.”[1] Esto quiere decir que una buena parte de los impuestos que
se recaudaban y que se empleaban para el mantenimiento de los sistemas de
seguridad social ahora pueden ser destinados para otros fines, que por lo
regular son los de los grandes empresarios, como por ejemplo, los rescates bancarios
o carreteros, que esconden el saqueo y la corrupción. Lo que se sacaba a los
trabajadores vía impuestos y aportaciones y que regresaba nuevamente a ellos
mediante el sostenimiento de las instituciones de salud ahora se le transfiere
a los más ricos y acaudalados, incluidos los gobernantes. Eso es lo que
significa la mejoría de “su situación presupuestaria”.
En segundo lugar, los miles de
millones de dólares que manejaban las instituciones públicas de seguridad
social como fondos de pensiones y aportaciones pasaron a ser “ahorros” de las
instituciones financieras privadas que ahora los administran y promisorias
inversiones en las bolsas de valores o en otro tipo de instrumentos
financieros, tanto nacionales como en los mercados internacionales.
Tan buen negocio ha resultado, que más adelante el mismo
reporte del Banco Mundial señala que “el volumen de los activos que poseen los
fondos de pensiones como proporción del PIB casi se duplicó en la región (de
América Latina y El Caribe) en el transcurso de sólo cinco años.”[2]
FIGURA 1.
COBERTURA DEL SISTEMA DE PENSIONES ENTRE 10 Y 60% DE
%
![]()
* Proporción de la Población Económicamente Activa con sistema de pensiones o en el sector formal
PEA: Población
Económicamente Activa
Fuente: Household
survey between 1997 and 2002 analized by Tood Pugatch. Citado por Viveros y
Morrison. “Hay que cumplir la promesa de seguridad social en América Latina.
Banco Mundial, Washington, Diciembre 2004. www.worldbank.org
|
Sin embargo, para los trabajadores latinoamericanos el
balance es adverso.
“A pesar de las mejoras, la cobertura de la seguridad social y de las
pensiones privadas continúa siendo persistentemente baja en la región en
general”, nos indica el mismo reporte, e incluso descarnadamente plantea que “la pobreza en la vejez sigue siendo una
amenaza para los ciudadanos de la región”.
Aunque
el reporte del Banco Mundial establece que la cobertura de los sistemas de pensiones
para los trabajadores activos en América Latina que tienen un empleo permanente
va del 10 al 60%, sin embargo este dato es engañoso pues al incluir a los
chilenos el porcentaje se dispara hacia arriba, ya que en la mayoría de los
países latinos el porcentaje de cobertura es mucho menor al de este país, cercano
al 20% promedio, como se puede observar en la Figura 1. Algo similar sucede con los pagos a los
pensionados mayores de 65 años, como se ve en la Figura 2.
FIGURA 2.
ENTRE UN DÉCIMO Y DOS TERCIOS DE LA POBLACIÓN ADULTA
RECIBE PENSIONES EN LOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
%
CHILE
2000
|
PERU
1999
|
COLOM
1999
|
ARG
2002
|
MEX
2001
|
BOLIV
2000
|
EL SALV
1998
|
COSTA R. 2000
|
REP DOM
1997
|
|
MASC
|
57.1
|
32.2
|
21.3
|
69.6
|
32.3
|
19.2
|
12.4
|
42.9
|
18.7
|
FEM
|
27.6
|
7.9
|
9.9
|
64.0
|
10.5
|
5.6
|
5.8
|
21.9
|
10.6
|
TOTAL
|
41.4
|
19.5
|
15.2
|
66.2
|
20.0
|
11.9
|
8.8
|
33.2
|
14.6
|
Fuente: Household
survey between 1997 and 2002 analized by Tood Pugatch. Citado por Viveros y
Morrison. “Hay que cumplir la promesa de seguridad social en América Latina.
Banco Mundial, Washington, Diciembre 2004. www.worldbank.org
Estas graves repercusiones de la privatización de la
seguridad social en los trabajadores obligan a reconocer a los mismos autores
de este reporte que en los 12 países de América Latina donde siguieron estos
esquemas “el
fracaso en la extensión de acceso a la previsión social formal a un segmento
más amplio de la sociedad ha sido decepcionante.”
Lo mismo se puede decir del pago a los pensionados con
edades mayores a los 65 años. Mientras que para los dueños del capital
financiero ha sido un éxito rotundo, pues han obtenido jugosas ganancias vía
intereses, por el contrario para las clases trabajadoras significó uno de los
mayores saqueos que se hayan producido en toda su historia laboral.
El gasto en salud en
México
Para el caso de México, la riqueza global producida en el
país durante 2004 fue de aproximadamente 7.2 billones de pesos, de los cuales
el gobierno federal captó 1.77 billones de pesos, lo que significa que a sus
manos llega el 24.7%. A sus arcas llegan los ingresos petroleros, los impuestos
y los que registran las empresas públicas restantes tales como CFE, LyFC, el
ISSSTE, CAPUFE, BANOBRAS, etc. La proporción general de estas partidas es como
sigue:
CUADRO 1. INGRESOS DEL GOBIERNO
FEDERAL. 2004
|
||
(Millones de pesos)
|
||
CONCEPTO
|
CANTIDAD
|
%
|
TOTAL
|
1,774,176.4
|
100.00
|
PETROLEROS
|
639,627.6
|
36.05
|
NO
PETROLEROS
|
1,134,548.8
|
63.95
|
Gobierno Federal
|
823,892.3
|
46.44
|
Tributarios
|
716,867.9
|
40.41
|
ISR
|
345,155.6
|
19.45
|
IVA
|
285,353.8
|
16.08
|
Productos y servicios
|
31,911.5
|
1.80
|
Importaciones
|
29,469.5
|
1.66
|
Otros impuestos
|
24,977.5
|
1.41
|
No tributarios
|
107,024.4
|
6.03
|
Organismos y empresas
|
310,656.5
|
17.51
|
Fuente:
Elaborado con datos de
|
Según podemos ver en el Cuadro 1, lo que capta por la explotación y venta del petróleo
representan el 36% de sus ingresos totales, inferiores al monto total recaudado
por impuestos, que representa el 40.4%: los que provienen de organismos y
empresas representan el 17.5% y los no tributarios, el 6.03%. Cabe resaltar que
en 2004 los mayores ingresos captados por los Organismos y empresas provinieron
de PEMEX, la CFE
y el ISSSTE.
Lo que gastó el gobierno en todo el año 2004 rebasó sus
ingresos, pues ascendió a 1.797 billones de pesos, de los cuales casi 207 mil millones
de pesos destinó para el pago del llamado Costo
financiero, es decir, pagos de intereses, comisiones y gastos de la deuda,
así como apoyo a deudores de la banca, que de 2003 a 2004 aumentó casi
200%.
CUADRO 2. GASTOS DEL GOBIERNO FEDERAL EN
DETERMINADOS RUBROS (millones de pesos)
|
||
CONCEPTO
|
CANTIDAD
|
% CON RESPECTO AL GASTO TOTAL
|
EDUCACION
|
303,477.8
|
16.88
|
SEGURIDAD SOCIAL
|
179,696.9
|
10.00
|
SALUD
|
149,263.9
|
8.30
|
ENERGIA
|
301,685.3
|
16.78
|
PODERES Y ORGANOS AUTONOMOS
|
30,981.6
|
1.72
|
GOBIERNO
|
120,788.8
|
6.72
|
SOBERANIA
|
30,636.6
|
1.70
|
RELACIONES EXTERIORES
|
4,817.2
|
0.27
|
HACIENDA
|
26,460.3
|
1.47
|
GOBERNACION
|
3,961.1
|
0.22
|
ORDEN, SEGURIDAD Y JUSTICIA
|
20,233.3
|
1.13
|
MEDIO AMBIENTE
|
1,484.0
|
0.08
|
REGULACION Y NORMATIVIDAD, ADMON. PUBLICA Y OTROS
|
33,196.2
|
1.85
|
PENSIONES
|
125,916.4
|
7.01
|
OTROS GASTOS DE OPERACIÓN
|
215,459.8
|
11.99
|
SUBSIDIOS Y TRANSFERENCIAS
|
193,545.8
|
10.77
|
Fuente: Elaborado
con datos de
|
El desglose del gasto gubernamental mostrado en el Cuadro 2 nos indica que en materia de salud y seguridad social se destina el
18.3% del gasto total, mientras que para educación
es del 16.88%; para las actividades
productivas tales como la inversión en las industrias petrolera y
energética, el Informe de Hacienda nos indica que se gasta el 30.7% y para la gestión gubernamental se destina el
11.4%. En otras palabras, sostener todo el aparato de gobierno y las estructuras
del Estado es un gasto parasitario,
porque ese 11.4%, que equivale a 204,912 millones de pesos, ni produce en la
actividad industrial, pero tampoco se destina al bienestar de la población.
Renglones que llaman la atención son los de la llamada Soberanía y Relaciones exteriores. Los mexicanos pagamos 35 mil millones de
pesos en programas que en realidad sirven a la cesión de la soberanía, a la sumisión
al imperialismo norteamericano y a la promoción de las posiciones de ultraderecha
a nivel mundial. Otros 30 mil millones de pesos se malgastan en la desgobernación de la Secretaría de
Gobernación y en las devoluciones de impuestos, sobre todo a los empresarios,
vía Hacienda. Finalmente, se gastan 20 mil millones de pesos para que los
magistrados se tiendan de tapete en las iniciativas foxistas, para que sigan
impunes los crímenes contra las mujeres, los periodistas y los luchadores
sociales, y para que el narco y todos los aparatos represivos se repartan el
poder y los mercados en sus luchas intestinas.
Casi el 11% se va para Subsidios
y Transferencias, que por lo regular en su mayoría son para beneficio de
los grandes capitales. Esta suma casi iguala el gasto parasitario del gobierno.
Todo esto contrasta con el dinero que se va para el pago de las Pensiones: apenas el 7% del
gasto total y, si lo comparamos con el monto total de lo que producimos en 2004
(los 7.2 billones de pesos), cantidad que señalábamos más atrás, apenas
constituye el 1.7%. Por consiguiente, con todo y que estamos utilizando
solamente información de la
Secretaría de Hacienda, que por lo demás, se maquilla al
antojo de los gobiernos, se viene abajo
el discurso gubernamental acerca de que el pago de pensiones es muy alto.
De igual forma, si comparamos lo que se gasta en salud y
seguridad social con el Producto Interno Bruto, veremos que apenas representa
aproximadamente el 4.5%.
Estas enormes sumas de dinero destinadas para el beneficio
de los grandes empresarios industriales y sobre todo financieros, destinadas al
sostenimiento del aparato jurídico-político y militar y para el crecimiento de
los sectores industriales que posibilitan el saqueo de nuestras riquezas para
beneficio de la oligarquía norteamericana, contrastan, de un lado, con las migajas que van a parar a un sistema
de salud profundamente golpeado y deteriorado, en un acelerado proceso de
privatización y, de otro lado, con las pensiones, que agudizan la miseria de
uno de los sectores más abandonados de las clases trabajadoras, justo de
aquellos que en 30 años promedio de su vida crearon enormes sumas de plusvalía
para beneficio del capital . Son, pues, las caras de la llamada política neoliberal.
Por consiguiente, en aquellos países donde aún no se ha
convertido en mercancía la seguridad social o, como en el nuestro, aún quedan
fragmentos de la misma que no han caído en las garras del capital, se requiere el
máximo de la concentración de fuerzas del movimiento social y político para
defender su carácter público. De igual manera, ahora que soplan con mayor
fuerza vientos de democracia en numerosos países latinoamericanos, es posible
que con la conquista del poder por fuerzas anti neoliberales se abran coyunturas
para arrebatarle al capital financiero la seguridad social y el sistema de
pensiones para devolverle su carácter público.
Enero de 2006
CULTURA, TRABAJO Y DEMOCRACIA, AC
[1]
Viveros y Morrison. “Hay que cumplir la
promesa de seguridad social en América Latina. Banco Mundial. Washington,
diciembre de 2004. www.worldbank.org
Incluso más adelante los autores reiteran los resultados positivos del manejo
capitalista: “las
reformas incentivaron el desarrollo de mercados de capital al encauzar los
ahorros hacia inversiones en fondos de pensiones administrados por el sector
privado.”
[2] Ibíd.
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