Justo en el momento en que se abría la época neoliberal en las telecomunicaciones y que en los países imperialistas avanzaba la transformación del proceso capitalista de trabajo con base en la automatización digital, Harley Shaiken impartió esta conferencia en 1983 a los telefonistas mexicanos que mantenían una postura crítica respecto al sindicalismo corporativo y al desarrollo de la telefonía regida sólo por la lógica de la ganancia. En esta ponencia Shaiken compartirá sus experiencias sobre las consecuencias laborales del cambio tecnológico.
Abril de 2013
Just at
the moment that opened neoliberal era in telecommunications and advanced the
transforming of capitalist labor process based on digital automation in imperialist
countries, Harley Shaiken gave this lecture in 1983 to Mexican telephone
workers maintained a critical posture of corporate unionism and development of telephony
governed only by the logic of profit. In this paper Shaiken will share his
experiences on the labor consequences of technological change.
April
2013
La
computación y la microelectrónica
Consecuencias sobre el proceso de trabajo y la
organización sindical de los
trabajadores
Harley
Shaiken[1]
Enfocaré
la plática desde el punto de vista de los efectos de la nueva tecnología dados
en los Estados Unidos de Norteamérica porque creo que pronto se harán sentir en
México. Cuando hablo de los EUA no me refiero al futuro, sino de algo que ya es
un hecho. Y en este sentido puede que existan lecciones críticas sobre los
problemas habidos.
Para
muchos sindicatos de Norteamérica el problema central que afecta a sus miembros
es la introducción de esta tecnología. Esto es particularmente cierto en la
industria telefónica, la automotriz, de construcción, la administración, la
banca, los seguros y otras industrias. La nueva tecnología es un asunto sumamente
crítico porque no es un problema meramente técnico. Es en realidad una
expansión crítica del poder de la empresa, sólo que en este caso el poder
administrativo viene inserto en la técnica.
En
los Estados Unidos muchas empresas se han valido de la crisis o de la debilidad
sindical. Introducen la nueva tecnología de tal forma que quedan
permanentemente debilitados y su trabajo modificado. Esto no quiere decir que
los trabajadores y sus sindicatos queden forzosamente debilitados frente a la
nueva tecnología, ya que existen muchas alternativas técnicas disponibles para
evitar esto; sin embargo, se necesita la voluntad política para enfrentar dicho
problema. No quiero decir con esto que sea un asunto sin esperanzas, pero eso
sí, constituye una situación muy nueva, y si los sindicatos no actúan –y no
actúan a tiempo-, los resultados podrían ser devastadores.
Ya
entrando al asunto, hablaremos de la nueva tecnología en torno a tres áreas:
Primera, cómo la tecnología basada en la computación y la microelectrónica
reorganiza el trabajo. Segunda, cómo se emplea por las empresas para debilitar
a los sindicatos. Y tercera, el impacto sobre el empleo en las industrias.
Después
de pasarles el videocasete, quisiera
relatarles lo que hacen los sindicatos para restar el poder de las empresas
sobre la nueva tecnología. Esta cada vez tiene un sentido más específico,
basada en la computación y la microelectrónica. Dicha tecnología es mucho más
flexible que las formas (tecnologías) anteriores y por tanto, afecta a cada una
de las partes de las empresas donde se introduce. Esto es particularmente cierto
en la industria de las telecomunicaciones porque la transparencia de la información
está en el corazón de estas tecnologías.
En
los Estados Unidos los telefonistas han sido afectados; las formas anteriores
de tecnología afectaron a los técnicos reparadores y a los instaladores. Ahora
afecta en forma simultánea a casi la totalidad de los telefonistas. Por lo
demás, sería bastante erróneo efectuar el análisis sobre las formas previas de
la tecnología, por lo que para los señalamientos siguientes partiremos de las
formas más avanzadas de la tecnología. Pasemos a ver cómo afecta la división
del trabajo.
Hay
dos criterios fundamentales para las empresas en la selección de la nueva
tecnología. Se puede emplear para organizar el trabajo donde el obrero o la
administración tengan más autoridad. Pero es muy importante entender que
técnicamente es capaz de ir en los dos sentidos.
Las
empresas de telecomunicaciones emplean la nueva tecnología para ampliar su
poder sobre los centros de trabajo. Pero la manera de lograrlo es más extensiva
que las pasadas tecnologías. Ahora los principios de la investigación
científica ya son parte de la estructura de la máquina. Si la empresa quiere
fracturar el proceso de trabajo, para lograrlo se tiene que tardar alrededor de
cinco años. Ahora el mismo diseño de la tecnología se emplea para estos fines.
Por otra parte, la nueva tecnología resta habilidad del trabajo y hay un
control minucioso, electrónico, del proceso laboral. Yo lo llamaría terrorismo
microelectrónico.
En
los Estados Unidos la transformación a este tipo de tecnología está casi hecha
en el sistema económico. Un ejemplo sobre su impacto en el desplazamiento de la
fuerza de trabajo del acto productivo lo tenemos a continuación: Como resultado
de la última revisión del contrato colectivo de trabajo, la administración de
la compañía de teléfonos demandó que las tres cuartas partes de los reparadores
de equipo se colocaran en nuevas labores, esto es, de ayudantes, porque ya era
muy poca la necesidad de personal calificado. Como resultado se tuvo la
colocación de los compañeros en un empleo más sencillo y menos remunerado. En
consecuencia, el poder que tenía este sector de telefonistas en base a su
capacidad y conocimiento sobre el proceso laboral se perdió. También esto
afecta necesariamente a otros sectores, tales como las operadoras. El primer
resultado de la introducción de esta tecnología es que el 95% de las llamadas
de larga distancia se efectúan sin mediación de la operadora.
Como
resultado de la manera del empleo de la nueva tecnología por las empresas, el
trabajo que les queda a los telefonistas es sumamente controlado e intensivo.
Un ejemplo de esto lo constituyen las operadoras que proporcionan información.
Antes usaban directorios; ahora dicha información se encuentra bajo memoria en
una computadora. Teclean el nombre de una persona y su número telefónico sale
en una pantalla. Este sistema además indica cuánto tiempo demora la llamada de la
operadora, medido inclusive en décimas de segundo. Con este sistema hay un
incremento de 450 llamadas a 900 aproximadamente. Pero no sólo es el control de
las llamadas; al final de la jornada, la supervisora tiene el número de
llamadas que atendió la operadora, el promedio de tiempo empleado y el número
de llamadas que están por debajo de dicho promedio. Las operadoras que están en
esta última situación son las que están más próximas al despido.
Por
otra parte, el stress de este sistema es enorme. Es el taylorismo electrónico.
El mismo método se usa en muchos empleos. Por ejemplo, en la oficina para el
procesamiento de palabras se lleva un control del número de teclazos por hora,
número de errores, de renglones hechos, etc. Son sistemas diseñados
exclusivamente para controlar todos los aspectos del trabajo. un rasgo muy
peculiar se deriva de esto: si al supervisor se le ocurre cronometrar todos los
movimientos, pronto tendría una huelga, una reacción violenta del trabajador.
Si esto mismo se hace con la nueva tecnología, al obrero ya le parece como una
condición dada, como venido del cielo; se le hace parte necesaria e inmanente
de la maquinaria. Aquí no habrían huelgas.
En
consecuencia, ciertas computadoras no son ni más ni menos que el poder de la
administración (la empresa); inclusive, hay sistemas específicamente diseñados
para someter hasta al trabajador más rebelde.
Hay
un segundo aspecto de las tecnologías: se han diseñado para debilitar el poder
sindical. Posibilitan la operación de la empresa mientras existe una huelga.
Ejemplo de ello es la aeronáutica, los controladores aéreos, los telefonistas,
las compañías de seguros, la industria petrolera y muchas otras. Cuando los
telefonistas se fueron a la huelga, la empresa siguió funcionando; la única
diferencia posible era que las operadoras de información trabajaban menos
porque no había el control. Las empresas telefónicas se distinguen por poner
mucho empeño en que éstas funcionen cuando existen problemas sindicales. La
nueva tecnología pone la base; lo que hace la empresa es que tiene una alta
tasa de supervisores. Ellos pueden operar el sistema cuando hay huelgas.
Por
otra parte, la capacidad de los trabajadores mismos se incorpora a las cintas
de las computadoras. Inclusive, en una huelga la información que se encuentra
en las cintas puede llevarse a otro lugar y transmitirse el trabajo en forma
automática para que opere el sistema que supuestamente se encuentra en huelga.
Así sucede con la información de un supervisor. Los telefonistas subestimaron
la capacidad de la empresa. Donde no hubo esta confianza, los sindicatos de
telefonistas se aliaron con otros trabajadores mucho antes de que se
presentaran los problemas antes aludidos. Por ejemplo, cuando los trabajadores
de los periódicos se fueron a huelga y la empresa, con poco personal editaba
los periódicos, debilitaron el poder sindical. En New York los choferes se
unieron a los impresores y, aunque la administración pudo editar los
periódicos, no pudieron distribuirlo.
El
último punto a tratar es el impacto de la nueva tecnología en el número de empleos.
No podría referirme a la magnitud de dicho impacto para el caso de México pues
carezco de datos específicos, pero en los EUA las empresas afectadas por la
crisis hacen grandes inversiones mientras hay un despunte en la economía. El
resultado inmediato son los despidos; en épocas de crisis la contratación a
tiempo parcial se convierte en cese completo.
Durante
los últimos veinte años el empleo ha sido constante porque se han agregado
nuevos servicios. Pero algunos departamentos han perdido muchos empleos. El
número de llamadas en 1950 en los EUA era de 67 mil millones y las atendían 224
mil operadoras; apenas el año pasado (1982) habían 310 mil millones de
llamadas, pero sólo las atendían 128 mil operadoras. Las compañías de teléfonos
reconocen que mientras se introduzcan estas tecnologías bien encaminadas, el
número de trabajadores se reducirá sin importar el aumento en el número de
llamadas.
Sesión
de preguntas y respuestas
1.- ¿Qué promedio de
años ocupa la sustitución de la tecnología electromecánica por la digital?
Respuesta. En los EUA
esto sucedió de fines de la década de los años 60 hasta principios de la
siguiente. Cabe hacer notar que la industria telefónica es de los sectores más
adelantados en el uso de nueva tecnología.
2.- ¿Qué porcentaje de
tecnología electromecánica existe en la telefonía de los EUA?
Respuesta. A ciencia
cierta no lo sé, pero indudablemente es muy poco. Actualmente ese no el nivel
del problema, es decir, tecnología electromecánica contra tecnología digital,
sino la segunda o tercera generación de tecnología contra la primera.
3.- ¿Los grados de
monopolización?
Respuesta. Hasta 1983
la telefonía era un solo monopolio; ahora son nueve. En la actualidad la
International Telegraph and Telephone (ITT) competirá con la IBM. y en consecuencia
el desarrollo tecnológico será más rápido que antes debido a esta competencia
tan encarnizada.
4.- ¿Qué han hecho los
sindicatos de los EUA para enfrentar los efectos de la nueva tecnología?
Respuesta. Algunos
sindicatos hicieron algo, pero no lo suficiente. Han encontrado grandes
problemas porque estas tecnologías son como bombas de tiempo: mientras hacen
tic, tic, dan muchos problemas, pero cuando explotan es un gran problema porque
ya es tarde para hacer algo. Hace poco se suscribió una Declaración de Derechos
sobre Tecnología. Aquí lo central es que la empresa no puede introducir nueva
tecnología si no es con previo acuerdo con el sindicato, el cual pone ciertas
condiciones en cuatro áreas:
a)
Que
no provoque pérdidas de empleo
b) Que se reduzca la jornada de trabajo
c) Que no se emplee para destruir al
trabajador ni a sus capacidades y
d)
Que
tampoco se utilice para enfrentar a los trabajadores entre sí.
Hoy los mecánicos, por
ejemplo, comprenden que se necesitan aliados forzosamente. Han platicado con
los maestros universitarios e investigadores científicos para incorporarlos o
afiliarlos a los sindicatos. Éstos a la fecha se han fusionado con el sindicato
de los mecánicos.
Un caso importante es
el que sucedió con la compañía telefónica, que obtuvo ganancias por 7 mil
millones de dólares. Tuvo la necesidad de construir nuevos edificios y hubo
huelga de los telefonistas, no tanto para ganar algo, sino para pelear cuánto
iba a sacrificar el sindicato. La empresa también quería que los trabajadores
pagaran parte de su seguro. El talón de Aquiles de las nuevas tecnologías
consiste en que concentran gran poder en manos de pocos trabajadores. En este
sentido, la compañía de teléfonos es muy cuidadosa para asegurar que los
puestos claves sean ocupados por gente identificada con su ideología e
intereses. Las funciones que desarrollaba el ingeniero ahora pasan a ser las
del personal de confianza.
5.- ¿Qué tácticas han
empleado los sindicatos?
Respuesta. Los
telefonistas de la Columbia British en vez de irse a la huelga, se encerraron y
contestaban al usuario: “Compañía de teléfonos del pueblo”, esto es, dieron el
servicio pero no lo cobraron. En Australia los trabajadores se quedaron
adentro, salvo los que cobraban. Así, los telefonistas dieron llamadas gratis
de larga distancia a los australianos.
6.- ¿Avances en las
prestaciones laborales?
Respuesta. Sólo los ha
habido en la jubilación, mas no en la reducción de la jornada de trabajo.
7.- ¿Algunos
comentarios adicionales que quiera hacer?
Respuesta. Sí. Quisiera
remarcar que los problemas centrales de la nueva tecnología tienen que ver con
el poder sobre los trabajadores durante la ejecución del trabajo. En cuanto a
los objetivos de las empresas, la meta es la revolución informática, el almacenaje
y la transcripción de documentos. Hoy en día empieza a ser común que los
trabajadores y los robots se alternen. De repente, uno se da cuenta que tiene a
un robot por compañero, con la diferencia que son ellos quienes determinan el
ritmo de trabajo. La labor de supervisión ha tenido modificaciones sustanciales.
Ya no es una persona quien la ejecuta, sino las computadoras. Lo mismo cabe
decir con respecto al mantenimiento; actualmente hay sistemas automáticos que
se autorreparan.
Por lo que respecta a la telefonía, actualmente las dos
terceras partes de los activos de las empresas telefónicas corresponden al
equipo de larga distancia y computación. Finalmente, las empresas
trasnacionales se encuentran trabajando en la integración de los sistemas de
las diferentes ramas de las telecomunicaciones y al nivel de los diversos
países.
Diciembre de
1983
[1]
Investigador Asociado en el Programa de Ciencia, Tecnología y Sociedad y del
Laboratorio de Manufactura y Productividad del Massachusetts Institute of
Technology (MIT). Conferencia impartida el 13 de diciembre de 1983 en la Ciudad
de México organizada por los telefonistas democráticos. Compilación de Miguel
Ángel Lara Sánchez.
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